NOTA: El presente trabajo se ha realizado con fines exclusivamente académicos, para optar a una calificación de la asignatura de Comunicación de la Ciencia y la Tecnología en Educación de la Facultad de Educación de la UC.
El estado actual de la educación de las ciencias en Chile
Un
estudio publicado, recientemente, por académicos de la Facultad de Educación de
la PUC, revela que sólo un 7,1% de los alumnos de octavo año de primaria tienen
la oportunidad de intervenir en las clases de ciencias y que éstas sólo
muestran una coherencia de 0,47 para con el currículum nacional (Ruiz, Meneses
& Montenegro, 2014). ¿Puede, entonces, esperarse buenos resultados en la
educación de las ciencias si los estudiantes no tienen la posibilidad de
experimentar nuevas formas de aprendizaje? ¿Cuál sería el final previsto para
esta sinfonía si los protagonistas del proceso de educativo no tienen la
posibilidad de interpretar sus propias partituras? ¿Podría ser el cómic una
solución didáctica para la enseñanza de las ciencias en Chile? Éstas son las
interrogantes que surgen a partir del presente análisis.
Según
la prueba Trends in International
Mathematics and Science Study (TIMSS), prácticamente, la mitad de los
estudiantes en Chile manifiesta un déficit en el desarrollo de habilidades
científicas, en tanto que, ¡a penas un 1% de ellos posee un logro avanzado en esta
materia! A esta tragedia científica, que resulta de un libreto curricular empobrecido,
se suma el hecho de que hay colegios, como el presente caso (anónimo), que muestran
una baja de 54 puntos en el SIMCE de Ciencias (MINEDUC, 2014).
Si
se considera que los resultados de aprendizaje no son fruto del azar sino del
esfuerzo compartido por todos los agentes del proceso de gestión curricular
(MINEDUC, 2015), resulta indispensable responsabilizar a los establecimientos,
a los líderes y a los propios docentes por los resultados que presentan sus
estudiantes. Desde esta lógica, los puntajes podrían ser bastante mejores si
consideramos los recursos extra que perciben los establecimientos adscritos a la
Subvención Escolar Preferencial (Ley 20.248). ¿Por qué este colegio, que
percibe 83 mil dólares extra anuales (alrededor de 50 millones de pesos
chilenos) y una tecnología de punta, no presenta una mejora sino que va
sustantivamente a la baja? ¿Estamos hablando de un problema que radica
exclusivamente en el profesorado? Por supuesto que no. En 2006, el informe Programme for International Student
Assessment (PISA) revela que casi un 70% de los alumnos chilenos presenta
deficiencias en esta asignatura (Ruiz, Menseses & Montenegro, 2014), lo
cual no es sólo producto de una deficiencia que tiene su génesis en la
formación inicial docente, sino que, además, adquiere continuidad cuando los ideólogos
del currículum nacional, los creadores de los instrumentos curriculares como son
los textos escolares y los diferentes documentos que esbozan la educación científica,
no promueven una sintonía coherente que ayude a mejorar los aprendizajes.
Una gestión del currículum
En
educación se sabe que la gestión del currículum debe estar al centro del
liderazgo educativo de todo establecimiento chileno (MINEDUC, 2015). Todas y
cada una de las acciones que los docentes realizan deben condecirse con una búsqueda
incansable del logro de los objetivos de aprendizaje (O.A) prescritos en las
bases curriculares en este país. No obstante, incluso, los textos escolares
promueven sólo un 24,2% de observación en la enseñanza de la ciencia (Ruiz,
Meneses & Montenegro, 2014).¿El resultado de esta descoordinación
curricular? Un perjuicio que acompaña al estudiante para toda su vida.
Cortarles las alas a los alumnos y alumnas, cuando se hallan en el seno de la
sala de clases, constituye, para mí, un baldón
que no sólo atenta contra el individuo, sino contra el colectivo social, porque
cuando los estudiantes participan en un proceso del cual resultan ignorantes,
toda la nación ha de ser lastimada porque esto impide el progreso. Esto es un
gigante que desenvaina y alza su espada que penetra hasta lo más profundo de la
moral del pueblo, dañándola irreparablemente.
Pero
me enseñaron que, cuando advertía un problema, tenía que ser capaz de avizorar
una oportunidad. Mediante un análisis de caso efectuado en este anónimo plantel
pude descubrir que los alumnos aman la naturaleza, especialmente a los animales,
y, además, sabemos que existe una alta correlación entre las imágenes de un
cómic y la actitud de los estudiantes frente a las ciencias (Gallego, 2003).
Por esta razón, surge la idea de crear
una historieta cuyos protagonistas sean animales que la enseñen con más
interacción. De esta forma se espera pueda haber una influencia positiva en los
aprendizajes que, por falta de oportunidades, se han visto perjudicados y sean,
así, los propios alumnos los protagonistas de un guión que ellos mismos irán
escribiendo durante su escolaridad.
Por Pedro Rojas
Maestrando en Educación, mención Curríclum Escolar, UC.
Periodista y profesor de Educación General Básica
Referencias bibliográficas
Gallego,
A. (2003). Divulgación de la ciencia a
través del cómic. (tesis inédita de doctorado). Universidad de Valencia,
Valencia, España.
Ley
de Subvención Escolar Preferencial, 20.284, 2008. Congreso Nacional de Chile.
MINEDUC
(2014). Informe de resultados del SIMCE
2013. Santiago: MINEDUC.
MINEDUC
(2015). Orientaciones Técnicas para la
Elaboración del Plan de Mejoramiento Educativo. Santiago: MINEDUC.
Ruiz,
Meneses & Montenegro (2014). Coherencia curricular y oportunidades para
aprender ciencias. Revista Ciencia
Educativa, Santiago, v. 20, n. 4, p. 955-970.